domingo, 3 de abril de 2011

Rosas del desierto

Más de un año vagando por el desierto, en busca de un oasis remanso de paz.
No he abandonado mi peregrinación, sigo haciendo penitencia, tan sólo he encontrado "Wi-Fi entredunas"...

No lo eché de menos, no lo echo de menos y es posible que me guste la soledad en la arena. Aún así, todos los días me acuerdo de que tengo una bitácora a la que volver; es entonces cuando me asaltan las dudas, me prometí regresar en el momento en el que me sintiese listo para contar historias. Pero lo veo difícil porque en este año me he topado con la sorpresa de que el tipo alegre, descuidado, abandonado, desidioso, negligente, holgazán y perezoso me trae mucha más felicidad que el tipo decadente, depresivo, lleno de miedos que trataba de encontrarse donde no estaba... es lo que tiene buscar nubes en el mar.

Sonrío al alba esteparia, quizá no vuelva; es posible que antes de venderme al diablo prefiera ser un alma errante; no descarto otra promesa sin cumplir y van unas cuantas...


De todas formas, estoy seguro de que en el desierto encontraré las rosas del perdón... Igual me pasa como al otro y me lleva 40 años, con lo que cabe la posibilidad de que nadie esté esperando mi ramo... de tres flores (por el momento).

Son flores desde el Sáhara, Chihuahua y Gobi hasta el corazón... Quizás no vuelva, quizás tarde 40 años, quizás lo retome donde lo dejé...