lunes, 9 de marzo de 2009

El beso de papá

¿Nunca habéis tenido sueños realmente “imposibles”?

Yo sí. He soñado en cantidad de ocasiones ser una estrella de rock. Me he imaginado futbolista de élite, intelectual de postín adicto a fumar en pipa, me he visto como carpintero “manitas” ¡Cómo no! También he soñado con ser un poeta. He sustituido a Hiram Bingham en el descubrimiento de Machu Pichu en una versión bastante galaica y pueril de Indiana Jones (con Game Boy color y galletas de dinosaurio), incluso he ansiado ser un profesor a la altura de Robbie Williams en Dead Poets Society (escribo el nombre de esta película en inglés para dármelas de entendido en versiones originales. Aunque cabe decir que en mí, el inglés sigue manifestándose en forma de tedioso balbuceo. Incomprensible sin la ayuda de un traductor).

Muchas de estas cosas soñadas y anheladas desde que era un pequeño retoño con tendencia al egoísmo (rayano en la estupidez) se han ido desvaneciendo, no por completo, pero sí en gran medida. Otros de esos sueños se me antojan en el presente, en caso de alcanzarlos, como una cagada tremenda en el firmamento, otros ya los he olvidado y otros han venido a ocupar el lugar de éstos últimos ya difuntos.

Es así el camino de los sueños y ambiciones, tortuoso y revelador. Es un camino que recorro en un peregrinaje de penitente ingenuo, descubriendo a base de palos (no demasiado dolorosos) que me faltan cualidades para la mayoría de metas que me marco. Lamento admitir que suelo desistir y me planto a veces, en mitad del camino. No obstante me enorgullezco al decir que suelo retomarlo con renovada actitud, con dosis de realismo más fuertes que me alejan del derrotismo y el pesimismo más macilento del planeta tierra.

No pasa nada si uno es un “pringao”, de esos hay muchos, más de los que nos hacen ver los anuarios de los filmes americanos, hay más de un “pringao” por clase. El problema de los pringuis, es que como yo, muchos nos disfrazamos, hacemos de la vida un carnaval, es un mecanismo de autodefensa que nos protege de cualquier ataque (ya sea Pokemon o humano) a nuestra endeble y tácita autoestima.

Pensemos con la cabeza, tarea a mi juicio, harto difícil (más si tenemos en cuenta los apagones que sufre mi cerebro cuando se le sobrecarga con exceso de información) ser un individuo librepensador es muy complicado, estamos manipulados incluso por el papel higiénico (el que absorbe y huele a fresa es más elitista que el blanco de toda la vida, éste último es para gente que se identifica con el no tan extinto como se cree proletariado) ¿Cómo coño se supone que vamos a ser librepensadores sino podemos ni escoger con un mínimo de autodeterminación el papel higiénico? (Por cierto, mi culo es tan delicado que insiste en que se le llame trasero y en el uso de toallitas para bebés para lidiar con la irritación pos defección ¿Ves lector? Mi culo tiene autodeterminación).

Para mí el mundo actual, carece de romanticismo histórico para generaciones futuras, seamos sinceros, la vida contemporánea es muy cutre, mísera, mugrienta… Es una mierda. Siendo honestos, pero viene bien dramatizar de vez en cuando, tampoco está tan mal, al fin y al cabo tenemos acceso directo a material cultural las 24 horas del día (sin patente de corso en la mayoría de los casos).

No quiero afirmar, pero afirmo, que la sociedad actual (en la que me incluyo, por cuestiones de datación histórica) no aporta alicientes suficientes para promover movimientos y actividades más nobles, más trascendentes. Las generaciones pasadas nos dieron el rock. No sabe nadie cuán agradecido les estoy por ello. Nosotros (con todo los respetos) les dejamos como legado las rimas de gente que “vive calle” (que dice vivir calle). Que esto no se malinterprete, considero que el hip hop (RAP o RIP o SPQR o BNG o NBA) es arte, no en su mayoría pero sí en su escasa minoría. Pero ni de largo tan grande y pleno como el rock.

No soy un fulano inconformista, no soy un activista (ni de largo), no soy una mente crítica, no soy nada ni nadie. Pero alcanzo a ver toda la capa de musgo que nos cubre ¿Qué se supone que debo hacer? Nada.

Lo aquí expuesto, hasta el momento, son desvaríos varios de un contrariado personaje de la tragicomedia más larga (o corta) del mundo celestial y del cielo mundial, que es la (puta) vida.

Una marioneta, eso es lo que soy. Oh lector mío. Tú también eres una marioneta.

El otro día, recordé, no sin cierto recelo, un episodio tremendamente dramático de mi infancia (siendo objetivos no fue tan trágico, está sobrevalorado por mi sensibilidad pretérita) en el cual rechace una petición de mi padre, en la que tras una refriega, me pedía un beso y yo me negaba. No quería hacerlo, es decir, quería dárselo, pero mi orgullo me lo impedía. Nunca jamás (cerca de Neverland), por muchos besos que le de a mi viejo (este vocablo es para acercarme al mundo juvenil) a lo largo de mi vida de ningún modo recuperaré ese beso que no le di ¿A dónde quiero llegar con esto? A ningún lado, pero me apetecía contarlo, me vino a la cabeza y me dije “Vamos, suéltalo”. Ni que decir tiene, que tampoco soy impulsivo, tiendo a precipitarme a tomar decisiones erróneas, las correctas, no las tomo, las deciden por mí, bastante tengo con no haberle dado un beso a mi padre… Beso que se merecía.

Oh lector mío ¿Qué te mueve?

A mí los impulsos carnales. Te lo juro. Te lo prometo.

Estoy fuera de contexto. Soy al mundo, lo que una lágrima es al llanto de un bebé. Uno más. Insignificante. No obstante. Por muy aburrido que vea todo, por muy poca cosa que vaya a ser o (muy poco probable) por mucho que llegue a ser nunca dejaré de ser un elemento fútil al mundo (¿Cuántos hombres habrán hecho historia en la Antigüedad y no aparecen en ninguno de los múltiples anales del Salón de Clío?). Lo que se dice en los entierros es cierto -“No somos nadie”- y más claro lo ve uno en los días de nubes. Solo hay lugar a la resignación. Resignación a lo que nos espera, no a lo que hay, que por cierto ¡Apesta!

Mucha mierda.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muñec0, deja ese aire de dramatismo... yo soy aLguien, eso espero... ya lo sabes, sin palabras, te daria la matricula pero creo que estas enfermo...

P.

Anónimo dijo...

LOS SUEÑOS SON NECESARIOS CREAN ILUSIONES. LA FELICIDAD SON ESAS PEQUEÑAS COSAS QUE TIENES TODOS LOS DIAS.

QUIEN SE ACUERDA DE UN NO BESO DESPUES DE TANTOS SI BESOS

BESOS DE ...........