sábado, 27 de diciembre de 2008

Fidelidad

- Le debo mi fidelidad.
- ¿Tú fidelidad?
- Si.
- ¿Qué quiere decir eso?
- Ha sido noble conmigo y siempre me ha profesado un cariño desmesurado para lo que merezco. ¡Qué menos que fidelidad!
- ¡Qué más dará eso! Aprovéchate de las circunstancias y huye. No vas a tener otra oportunidad similar. A él lo han cogido. No hay más opciones para los que le apoyáis. Os ha llegado la hora. Te aconsejo como marido de mi hermana que eres, lo hago por ella. Me estoy jugando el tipo diciéndote estas cosas.
- Te lo agradezco, pero hay cosas más importantes que el bienestar personal. Hay cosas realmente importantes ahí fuera. No puedo desaparecer sin más. Tengo conciencia y tu hermana está de acuerdo conmigo.
- ¡Vamos por Dios! Te han traicionado, a ti y a él. Deberías reconsiderar tu posición como han hecho muchos de los vuestros.
- Eso es cobardía y lo sabes. No puedo abandonar ni quiero. No es valentía, ni orgullo, ni siquiera es por un bien mayor. Simplemente es lo correcto. Son demasiadas cabezas las que han rodado en vano como para hacer caso omiso al grito de los desdichados.
- No sabes la verdad Pip. No la sabes, al menos no toda. Te han manipulado, sé inteligente y parte.
- ¿Qué no entiendes? Le seré fiel hasta el fin de mis días.

-------------------------------------------------…---------------------------------

- Querido Pip. Tengo una misión que encomendarte.
- Lo que usted guste Señor.
- Joven muchacho, quiero que me sustituyas. Quiero que ocupes mi lugar.
- Oh Señor… Yo… No creo. En fin, no soy para nada un genio como usted. Lo siento, pero creo que hay personas mejor preparadas que yo y que seguramente merezcan tal honor. Nunca pensé que diría esto pero creo que este es un error por mi parte.
- Pip, mi hundimiento se acerca. Dos de los nuestros me van a traicionar, sino lo han hecho ya. Debo dejar todo organizado para mi caída. No sería modesto por mi parte achacarme toda la culpa de este descalabro pero sí es cierto que gran parte de este desaguisado corre a mi cargo. Para arreglarlo necesito tú ayuda. Eres el más valiente de todas las personas que conozco, y sin duda el más fiel a mi cargo. Y lo más importante de todo, hace ya mucho tiempo que he descubierto que eres la mejor persona de los dos. Ahora no digas nada más, levántate y ve con tu familia, ellos te necesitan más que yo. No tienes que responderme hoy. Piénsalo. Feliz Navidad Pip.
- Feliz Navidad mi Señor. Y tenga usted ya su respuesta. Si considera que lo mejor es que yo esté al cargo en su ausencia, así se hará. Siempre fiel a su persona.
- Me conmueves Pip.
- Feliz Navidad Señor.

No hay comentarios: