miércoles, 15 de octubre de 2008

Noche eterna

Sé la presencia en mi letargoso sueño de invierno. Sé el veneno que mate mis desdichas. Sé el camino de mis sonrisas. No olvides lo que fuiste. No olvides lo que fuiste en mi ausencia.

Morirse no es fácil. Al menos para mí. Lloro todas las noches por los abrazos que me quedarán sin dar. Lloro por los momentos sin vivir, por los errores sin cometer, por las cosas que me quedarán a medio hacer. Lloro por los hijos que no tendré, por los amigos que dejaré. Lloro por los caminos sin pisar, por las lágrimas sin derramar. También por las cartas sin escribir, por las conversaciones mudas. Lloro porque voy a echar de menos muchas cosas.

Soy un cadáver en vida. Un espectro del pasado, un fantasma del futuro. Soy un tipo triste, que anhela consuelo, que necesita cariño y que además no quiere un entierro.

Son perspectivas nocturnas.

Lo son.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No me olvido, una promesa es una promesa. Sonríe por la gente que te echará de menos.

P.